jueves, 19 de abril de 2018

LIDERAZGO COACH Y SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO (Fernando Véliz Montero)





Cuando las compañías de la región plantean su deseo de emprender nuevos desafíos desde el campo del negocio, no sólo se debiese pensar en el resultado final de este esfuerzo, la rentabilidad, sino que también se debiera reflexionar sobre el cómo se hará para sostener este sueño en forma consciente y sostenida a lo largo del tiempo y, de esta forma, evitar los desgastes y las inconsistencias propias del mundo organizacional. Son muchos los factores críticos de éxito que generan fisuras dentro de un propósito común (metas), uno de estos es el liderazgo. El liderazgo clásico Latinoamericano está muy cercano al conocido “Liderazgo Capataz”, es decir, un liderazgo alejado de lo emocional, bastante verticalista, con baja capacidad de escucha y desconfiado en sus prácticas internas. El problema es que estos liderazgos no están a la altura de las actuales necesidades de la Sociedad del Conocimiento, en donde las empresas más que “equipos de trabajo” debiesen transformarse en verdaderas “comunidades de aprendizaje”. Por lo mismo, la flexibilidad y la adaptabilidad de una empresa depende, en gran medida, de su capacidad real para aprender, desaprender y reaprender. Y para que esto ocurra, se requerirá de otro estilo del cómo entender el liderazgo (con nuevos valores), un estilo mucho más conectado con la dimensión emocional de las personas, como también, que posea un interés genuino por acompañar procesos de aprendizaje con sentido y, de esta forma, desafiar a sus colaboradores (y sus zonas de confort) desde un carisma y un entusiasmo resuelto. Estoy convencido que el 99% del poder de este liderazgo está en su capacidad de escucha (reconocer y validar al otro), de igual forma, un líder coach es una persona que asume, desde la actual dinámica Co constructiva del mundo empresarial (participación activa y transversal), que son las conversaciones dentro de las empresas el único camino posible para el logro de metas y desafíos comunes. Por tanto, el rol de una buena conversación organizacional está en generar coordinación de acciones; articular un nuevo y efectivo conocimiento; sumarles sentido a nuestras rutinas (el por qué y el para qué de lo que hacemos); incrementar bases sólidas de confianza y fortalecer el estado emocional de la organización desde valores reconocibles y compartidos por todos. Son también estas conversaciones las que nos hacen transitar del clásico paradigma informativo (dar), al renovado paradigma comunicativo (entenderse) que hoy requiere con urgencia el mundo del trabajo en general. Y todo esto ocurrirá, solo si el liderazgo coach logra florecer y expandirse en las actuales culturas -ratos refractarias- organizacionales de la región, desde coherentes y consistentes procesos conductuales en el día a día laboral. Por último, es importante que los líderes coach comprendan que el desafío dialógico de una organización, es un proceso que no se resuelve de un día para otro, por lo mismo, urge generar un punto de inflexión sólido y comprometido por parte de estos líderes (coach), para emprender un nuevo sendero de aprendizaje. Marcel Proust fue claro en este punto: "El verdadero viaje del descubrimiento no consiste en buscar nuevos territorios, sino en tener nuevos ojos”. 

Fernando Véliz Montero (Chile) 
Ph. D © y Magister en Comunicación / Coach Ontológico 
Autor de “Comunicar” y “Resiliencia Organizacional”

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